El Parlamento Europeo ha sabido ganarse una reputación como defensor de los derechos fundamentales de las personas y de la democracia.
En esta institución de la UE —la única elegida por sufragio directo—, los diputados al Parlamento Europeo luchan contra nuevos y viejos ataques a las libertades fundamentales.
Protección de los derechos fundamentales en la Unión
En la UE se respetan los derechos fundamentales de todas las personas, independientemente de su situación o de su origen.
Algunas libertades son tan antiguas como la propia Europa: vida y libertad, pensamiento y expresión.
Otras, sin embargo, se han tenido que redefinir para seguir el ritmo de los tiempos. Por ejemplo, la protección de los datos personales o la prohibición de la clonación humana no estaban en la mente de los primeros diputados electos al PE, hace unas cuatro décadas.
Defensa de los derechos fundamentales fuera de la Unión
El Parlamento Europeo considera que los derechos fundamentales de las personas no terminan en las fronteras de la UE.
Los diputados europeos se pronuncian periódicamente —de forma individual y al unísono— sobre cuestiones relativas a los derechos humanos en países de fuera de la UE. Puesto que estos derechos se consideran universales, la respuesta es la misma, tanto si la violación se produce en Myanmar/Birmania, a 8 000 kilómetros de distancia, como si ocurre en Belarús, país limítrofe con la Unión.
La lucha por los derechos humanos también ha traído al Parlamento Europeo a muchos de sus destacados defensores.
Malala Yousafzai, defensora paquistaní de la educación infantil, las mujeres yazidíes que fueron prisioneras del Estado Islámico de Irak, un médico de la República Democrática del Congo, presos políticos de América Latina: todos ellos han podido expresarse en la tribuna del Parlamento Europeo.
Apoyo a la democracia en todo el mundo
En la Declaración Universal de los Derechos Humanos se establece la importancia del apoyo a la democracia: «La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público».
Los eurodiputados defienden los sistemas democráticos en todo el mundo. Algunos han hecho largos trayectos para acudir como observadores de elecciones, mediar en conflictos y ayudar a dar sus primeros pasos a algunos parlamentos.
Los textos constitutivos de la propia Unión requieren que la Unión en su conjunto defienda los principios democráticos en su política exterior, pero en el Parlamento Europeo esta misión se siente como algo más cercano: para los diputados, que han vivido elecciones y participado en campañas, la democracia es una cuestión personal.